30 días perfectos en Irán, parte 1: la primera parada y mis impresiones sobre el país

30 días perfectos en Iran

Preparándome para este viaje, llegó a mis manos el libro “Irán revolucionario” de Michael Axworthy. Una frase que me quedó grabada: “Irán es menos un país que un continente, más una civilización que una nación”. Después de un mes explorándolo, conociendo a su gente e impresionándome con su cultura e historia, puedo decir sin lugar a dudas que Axworthy tenía razón.

El lugar en enorme, mucho más de lo que pensé. Cada punto de interés está a 500 km de distancia (con un par de cientos de margen de error). Con quien converses te dirá que el país tiene 4 estaciones todo el tiempo, lo cual es cierto debido a su diversidad. En la cúspide del Imperio Aqueménida, este gobernó a más del 44% de la población mundial, la cifra más alta para cualquier imperio en la historia (este es el Imperio Persa, por si te lo estabas preguntando). Imagina toda la historia, todas las influencias de tantas culturas diferentes mezcladas en una sola. Desde los Asirios a los Arios y los Persas, se forjó la personalidad de este gran país. Las invasiones de Alejandro Magno, los Árabes y los Mongoles agregaron muchas de las características de los iraníes de hoy. Siglos de dinastías reinantes, que transitaron de lo religioso a lo secular, terminaron de establecer la idea de Irán como un país real, destinado a ser grande. La Revolución de 1979 y el gobierno del Ayatolá Jomeini dieron el toque final para entender la República Islámica de Irán de hoy.

Debo reconocer que estaba tan emocionada como nerviosa. Los medios occidentales no le hacen justicia a Irán. Y eso se mete en la cabeza de la gente. De mi novio a mi mamá, todos me dijeron que estaba loca por querer ir sola a un lugar así. Pero en retrospectiva, me encanta poder decir que yo tenía razón. Ser una mujer viajando sola en Irán es una experiencia maravillosa. Realmente, nada menos que increíble.

Solo female traveler, Iran

Mis perspectivas sobre Irán

Conocí a un montón de personas. Algunos que me abrieron las puertas de sus hogares, otros que se tomaron el tiempo para mostrarme su ciudad, algunos que estaban en el mismo restaurante o tetería y se me acercaron a conversar, otros que me pararon en la calle para tomarse una foto conmigo, o porque tenían curiosidad por la ‘khaareji‘, la extranjera loca que recorría su país. Todos me hicieron ver que los iraníes son personas especiales. En el mejor sentido de la palabra. Si bien su gobierno –por falta de una mejor expresión– es terrible, los iraníes son amables y orgullosos. Algunas de las cosas que escuchas en el occidente sobre el gobierno pueden ser ciertas, pero la gente es completamente diferente. A pesar de que muchos jóvenes quieren dejar el país, puedes sentir que todos están orgullosos de él. Lo mejor que puedes decirle a un iraní es que su país es hermoso y que la gente es increíble. Cada vez que decía “me encanta Irán” obtuve una genuina y enorme sonrisa.

Friends in Iran

Escuché la historia de un blogger que contaba que recibió más de 200 tazas de té gratis durante su viaje a Irán. No conté las mías, pero después de 30 días en este increíble país, puedo decir que fácilmente recibí las mismas. Al principio decía “no, gracias” hasta que alguien me dijo “es parte de mi cultura”. Entonces me di cuenta, no están siendo educados, realmente quieren conversar conmigo con una taza de té negro en la mano.

Una de las cosas que me llamó la atención desde el principio fue el culto a la personalidad. Los Jomeiníes parecen ser más grandes que dios. Su foto está en todas partes. En la entrada de cada edificio público y de cada mezquita, en todos los billetes, en carteles gigantes en las calles, en un escritorio o una pared en cada lugar que está abierto al público (incluidas tiendas y hoteles). Para una religión que no venera imágenes, esto es notable. El primer gran doble estándar que encontré. Con solo unas pocas horas allí, te das cuenta de que estás en el país de los ayatolás y los hombres.

Imam Khomeini everywhere, Iran

La imposición de la religión es palpable. Aunque un gran porcentaje de la población es musulmana, hay montones de personas que no lo son. Probablemente muchos son ateos, mirando con nostalgia los tiempos en que el país era laico. Pero hay una cosa que genera acuerdo: a casi nadie le gusta el hijab. La mayoría de las chicas lo usan super suelto, solo en caso de que haya un policía cerca, pero puedes ver el cabello de todas.

¿Qué están esperando?, pregunté a un local, ¿cuándo vendrá la próxima revolución? La gente teme ser la próxima Siria, Irak o Yemen, me dijo, y el gobierno está alimentando esos temores. La gente sabe que habrá un derramamiento de sangre, y nadie lo quiere. Otro local me dijo que necesitas romper huevos para hacer una tortilla, y algunas personas tendrán que ser los huevos. ¡Qué pensamiento tan aterrador! Por lo que oí, creo que la gente está esperando a que muera el actual Jomeini. No hay un sucesor designado, y la esperanza de la gente es que la lucha por el poder destruirá al gobierno desde dentro. ¡Sinceramente espero que tengan razón!

Un local que conocí (cuyo nombre no publicaré por razones obvias) me dijo que el profeta Mahoma era un hombre enfermo con muchos problemas mentales, un adicto al sexo y un violador. Otro me señaló todas las cosas maravillosas que puedes aprender del Corán. Irán está lleno de contrastes, y eso es increíble. También es mucho más tolerante de lo que puedes imaginar: Irán tiene la mayor población judía en Medio Oriente fuera de Israel, y tiene representantes de minorías religiosas no musulmanas en el Parlamento.

Tienes que adaptarte al tráfico, que es una locura (en Teherán, tratando de cruzar una calle, una chica me tomó de la mano y me llevó al otro lado –sin ella todavía hoy estaría esperando para cruzar), y definitivamente tienes que adaptarte a que te hagan preguntas personales. Incluso las personas que no hablan inglés podrán decir, en un tono inquisitivo, «país», «edad», «trabajo» y «casada». Si dices que eres soltera, prepárate para las miradas de lástima.

La forma en que la gente come también me dijo mucho sobre su visión del mundo. El individualismo es un concepto extraño en Irán, lo importante es la comunidad. Cuando vas a un restaurante, la mayor parte del tiempo se pide diferentes comidas para la mesa, no para cada persona, de esa manera todos pueden compartir. Incluso si pides tu propio plato, todos probarán, sin preguntarte. Al principio me pareció invasivo, pero luego me di cuenta de que es la mejor manera. ¿Por qué tu familia o amigos tendrían que preguntar para probar tu comida? ¡Estás ahí para compartir!

Eating in Iran

Esto podría aplicarse a todos los países, pero aún así vale la pena mencionarlo: si quieres complacer a los locales, aprende algunas palabras básicas. Por lo general para mi es hola, gracias, adiós, por favor, sí, no, salud, y un placer conocerte. Aquí agregué “muy hermoso” para poder responder a la pregunta que escucharás a diario “¿qué piensas de Irán?”.

Ser vegetariano puede parecer super complicado, pero si te gusta la berenjena, sobrevivirás. Busca koshke bademjan, kookoo sabzi, ash reshteh, kalam polo, mirza ghasemi, sabzijat, dopiazeh aloo o chelo fassenjan. Si ninguno de ellos está disponible, siempre encontrarás tahdig, el famoso arroz crujiente persa. También verás shirini en todas partes: ¡los iraníes están obsesionados con los dulces!

El viaje

Aquí (y en las otras 3 partes de este post) compartiré los detalles de cómo pasé 30 días maravillosos en este subcontinente, con la gente más hospitalaria que he encontrado en todos mis años viajando.

Parte 2: La impresionante naturaleza
Parte 3: La perfecta arquitectura
Parte 4: El tesoro más grande del país, su gente

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Estadísticas del viaje
30 días perfectos en Irán
Más de 5700 km en autopistas (sí, ¡es un país enorme!)
Promedio diario caminado de 12,4 km (según la aplicación Health del iPhone)
7 ciudades y 9 pequeños pueblos/aldeas
Innumerables extraños que me ayudaron de alguna manera, muchos de los cuales se conviertieron en buenos amigos, incluidos otros extranjeros que conocí en el camino.
1 invitación a un matrimonio
1 familia que me adoptó
Más de 100 tazas de té gratis (es imposible contar, pero estoy segura de que no estoy exagerando, en realidad podría estar subestimando la cantidad)
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Teherán

Justo después de Nowruz, el año nuevo persa que comenzó en el año 1398 en Irán, llegué a un Teherán limpio y libre de smog. Aterricé en el aeropuerto Imam Jomeini, me puse el hijab, ajusté mi reloj a +2:30 (¿qué onda con esa media hora?), y fui a obtener mi visa. Leí mucho online sobre lo difícil que es, cuánto te cuestionan, incluso sobre la posibilidad de ser rechazado y deportado. Pero para mí no podría haber sido más fácil.

Llené un formulario 10 días antes de mi vuelo y eso marcó la diferencia. En el aeropuerto mostré mi pasaporte y mi póliza de seguro (mi seguro ‘alrededor del mundo’ fue suficiente), me pidieron que pagara (¡la ridícula cantidad de 120€ para los ciudadanos chilenos!), y eso fue todo. Visa de 30 días para visitar el hermoso Irán, sin timbre en el pasaporte. De hecho, le pedí al oficial del control de fronteras que lo timbrara, pero me dijo que no quieren que sus visitantes se metan en problemas si van a algunos países occidentales complicados. ¿Podrían ser más amables? 15 minutos en el país y ya sabía que me iba a encantar.

Imam Khomeini airport, Tehran, Iran

Mientras esperaba la visa, conocí a Judit de España, una viajera con quien recorrí Teherán. Cambié dinero en el aeropuerto porque la tasa era mejor de lo que me dijeron que sería en la ciudad. Por unos pocos cientos de euros me dieron muchos muchos millones de riales. Tantos que no pude meterlos en mi bolso. El tipo de cambio oficial dice que 1 euro es alrededor de 50.000 riales, pero en realidad obtuve más de 150.000 riales por cada euro (consulta la tasa real aquí https://bonbast.com/).

La otra cosa importante que tienes que saber sobre el dinero iraní es que, aunque la moneda oficial es el rial, todos los precios están en toman. Lo sé, esto suena raro. Un toman es un rial con un cero menos. Por lo tanto, 100.000 riales son 10.000 toman, lo que puedes escuchar o ver escrito como simplemente 10. Ten en cuenta que los números en farsi se escriben de forma diferente a los números “normales”, y aprenderlos es muy útil. El último consejo es llevar dinero en efectivo para todo el viaje, idealmente euros o dólares estadounidenses. Tus tarjetas no funcionarán en Irán. En serio, el efectivo es la única opción para obtener dinero en el país.

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Hay una estación de metro en el aeropuerto, por lo que llegar al centro es bastante simple (si vas a tomarlo chequea el horario, ya que no funciona constantemente). Todas las señaléticas están en farsi e inglés, lo que hace que la ciudad sea muy fácil de navegar. En el metro y en los buses públicos verás lugares solo para mujeres. A la mayoría de las personas no les importa, pero puedes irte a la segura y entrar en el área mixta.

Ya que era necesario para la visa, reservé las primeras noches en un hostal, ya que debes tener una dirección en Irán. Terminó siendo un hostal excelente (y por solo alrededor de 5€ por noche, lo que más tarde descubrí es el estándar en el país). Para hacerme la vida más fácil, compré un chip local (800.000 riales por 10GB, válido por 30 días) y antes del viaje descargué una VPN. Muchos sitios web y aplicaciones están prohibidos en Irán, por lo que una VPN es la forma de mantenerse conectado con el resto del mundo. Las 2 aplicaciones que salvan la vida son maps.me y Snapp (la versión iraní de Uber, la forma más conveniente de moverse dentro de las ciudades, y de forma super barata).

Rials, women only, websites banned, first impressions on Iran

Se suponía que Teherán era feo y sucio, y que el tráfico era el peor que vería en mi vida. Pero ir justo después de Nowruz es maravilloso. La mayoría de los teheranis estaban de vacaciones en algún otro lugar del país, por lo que el tráfico era razonable (todavía loco, pero te acostumbras). Llovió el día antes de mi llegada, por lo que estaba despejado. Me encontré con una ciudad vibrante y encantadora. Mi plan inicial de quedarme por 2 días se duplicó.

En 4 días en la capital visité todos los principales lugares de interés: el Gran Bazar, el Palacio Golestán, la torre Azadi, la plaza Tajriish, el Palacio Sa’dabad, la antigua Embajada de los Estados Unidos (hoy en día, el “museo de la guarida el espionaje”), muchas mezquitas… y dejé tiempo para perderme, para tomar té y descubrir los rincones escondidos de la capital. Lo más importante, conocí a gente increíble. El grupo de Facebook ‘See you in Iran’ y Couchsurfing fueron plataformas increíbles para conocer locales. Shahnaz me llevó a pasear por el Baazar, Arezou me mostró cómo vivía el Shah, Meshkot y Samir se embarcaron en una búsqueda para encontrarme comida vegetariana. ¡Qué gente tan encantadora! No tengo palabras para decirles lo que significó conocerlos. Hicieron mi estancia en Teherán exactamente lo que yo quería que este viaje fuera.

Tehran, Iran
Las vibrantes y coloridas calles de Teherán
Sardar Bagh Melli, Tehran, Iran
Sardar Bagh Melli, la puerta de entrada a un área preciosa, llena de museos y parques
Saadabad Complex, Tehran, Iran
El complejo Saadabad, donde el Shah y su familia solían vivir
Imamzadeh Saleh, Tajrish square, Tehran, Iran
Imamzadeh Saleh, una de las tantas increíbles mesquitas
Grand Bazaar, Tehran, Iran
El Gran Bazar de Teherán
Golestan Palace, Tehran, Iran
El magestuoso Palacio Golestán
Golestan Palace, Mirror Hall, Tehran, Iran
El Salón de los Espejos en el Palacio Golestán – y el primer intento de autoretrato
Mosaic and paint works, Golestan Palace, Tehran, Iran
Mosaicos y pinturas, Palacio Golestán
Azadi Tower, Tehran, Iran
El símbolo de Teherán, la Torre Azadi
Mirror work, Tehran, Iran
El maravilloso trabajo con vidrios del Monasterio Emamzadeh Zeaid
The "Dem of Espionage" museum, in the former US Embassy
El museo de la «Guarida del Espionaje», en la ex Embajada de EEUU

Continúa leyendo la parte 2 acá!


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